Vivimos en una sociedad en la cual el tiempo es nuestro peor enemigo, nos arroya, nos cerca, nos hace perder ilusiones y nos limita el poder disfrutar de lo bella que es la vida.
No tenemos tiempo para charlar despacio con un viejo amigo que nos encontramos en la calle, no tenemos tiempo para escuchar al otro, no tenemos tiempo para dedicarlo a nosotros mismos y a estar con los que nos quieren, no tenemos tiempo para contemplar el vuelo de una gaviota sobre el mar, no tenemos tiempo para deleitarnos con el micro mundo que habita en un pequeño jardín, no tenemos tiempo para oler una flor, no tenemos tiempo para contemplar los diferentes colores y sensaciones que transmite un amanecer a nuestro alma.
Al igual que necesitamos de un tiempo para alimentar nuestro organismo, o al igual que necesitamos dormir para que nuestra alma y organismo tengan un diálogo del cual no nos enteramos, nuestra mente debe y necesita PENSAR.
El hecho de pensar, obliga a nuestra mente a estar preparada para que ordene todas las sensaciones recibidas a lo largo del día, es como una gran cajonera en la cual la mente marca cada cajón con sensaciones, sentimientos, procedimientos, etc, para cuando necesite recurrir a ellos lo encuentre rápidamente.
El pensar es un proceso positivo para nosotros, cuanto más lo ejercitemos, nuestra mente más abierta estará a asimilar nuevos conocimientos, y a aprovecharse de los ya asimilados, logrando evolucionar como persona dentro de esta sociedad, y ser un poco más humano, al poder ponernos en la piel de la otra persona, u ofrecer a los demás nuestros conocimientos para que otros logren evolucionar o encuentren soluciones a sus problemas particulares.
Lo resumiría en la siguiente frase, "Pensar despacio para andar deprisa".
El resultado de lo que cada uno somos y tenemos, es en parte fruto de un proceso de pensamiento anterior, unido a los sentimientos vividos, junto con una alimentación de nuestro organismo y un cuidado de nuestro cuerpo.
Aquí dejo esta reflexión, por si a algun@ le sirve para iniciarse en el bello ejercicio del pensamiento, que pese a parecer en principio algo aburrido cuanto más se ejercita más bello lo iremos viendo.
Juan Fco Caballero Sanguino
- Alma Feliz y Libre -
1 comentario:
Me has recordado uno de los cuentos dentro de las historias de Azazel de Isaac Asimov. Una lectura muy aconsejable
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