Han pasado algunos meses sin publicar nada en mi blog, pero una serie de circunstancias positivas y cargadas de bellos sentimientos me lo han impedido.
En esta tarde de julio, me encuentro sentado en una mesa de bar, contemplando al fondo el celeste mar que se me regala, un trozo de papel y un bolígrafo me hacen conmover mi corazón y un impulso es mandado a mi mano para que retome el bello arte de escribir y contar mis vivencias y sensaciones en este tiempo.
En este periodo he pasado de tener un empleo estable, con un futuro prometedor a no tenerlo, se ha esfumado de la noche a la mañana. Pero he de ver el vaso medio lleno y esta experiencia me ha hecho reforzarme más en que las cosas no ocurren por que sí, sino que la Divina Providencia está cercana para ayudarnos y hacernos reflexionar sobre determinadas cosas que disfrutamos a diario y que de repente no la tengamos, provocando en nosotros una reflexión sobre valores superiores y quitarle importancia a cosas con escaso valor que a veces sobrevaloramos.
En estos días he disfrutado con mi mujer los últimos meses de embarazo, hemos disfrutado de muchos momentos juntos, hemos disfrutado de nuestro hogar, pero lo más bello es dedicarle una gran parte de nuestro tiempo a nuestro primer hijo, que sin esta oportunidad que he tenido no lo hubiera disfrutado.
Hemos reido junto a él, hemos saltado, nos han hecho saltar algunas lágrimas de emoción al vernos reflejados en algunas cosas que hacía, hemos desayunado juntos, hemos puesto la mesa, hemos ido a la piscina y hemos tenido un periodo de convivencia familiar muy enriquecedor.
La verdad sea dicha, que he sido muy afortunado durante este tiempo, y de nuevo la vida nos sorprendió en junio con la llegada de nuestro nuevo hijo, que nos hecho ser felices aún más, sobre todo a nuestro primer hijo que le demuestra a diario su amor con besos y caricias, provocando en nosotros una gran alegría y regocijo.
La llegada de Cayetano nos ha hecho revivir de nuevo cosas que sentimos con nuestro primer hijo, y en esta ocasión ambos nos hemos deleitado con cada gesto, alegrando nuestras almas plenamente. Desde ese primer pañal, al primer biberón, a adaptarnos a nuevas mini-medidas de ropa....
Ello nos ha mostrado a nuestro primer hijo más mayor de lo que realmente es y a mi me ha dado un poco de tristreza al principio, pero he de reconocer que es un paso más en su camino de evolución como persona y de su necesidad de adaptación a los cambios al mundo que le rodea.
En cada nuevo amanecer nos sentimos muy afortunados que esté a nuestro lado con sus gracias y sus frases, haciéndonos disfrutar muchísimo, pidiéndole todas las noches a la Virgen que lo proteja y guíe para que sea una BUENA PERSONA.
Nos hemos tenido que adaptar a levantarnos a media noche para preparar el "bibi", algunas noches mejor que otras, dado que la falta de sueño a veces nos hace malas pasadas, pero el contemplar a nuestro hijo tomar el "bibi" merece la pena.
Nos hemos tenido que adaptar a tener que integrar en nuestro día a día las obligaciones con nuestro bebe, provocando que agudicemos el ingenio y que maximicemos nuestro tiempo para atenderlo, para disfrutar de nuestro primer hijo, y podamos disfrutar de nuestro tiempo de pareja lo mejor posible.
En estos momentos de mi vida, no sabría como pasar mi tiempo sin dedicarselo a mis grandes Amores, a mis hijos, el fruto de nuestro amor, y sobre todo a la mujer de mi vida, que sin ella no podíamos lograr lo que hemos logrado. Es un gran regalo de la Divina Providencia. Gracias de corazón.
Me he tenido que adaptar a no tener previsiones a largo plazo y medio plazo, dado que nunca se cumplen, no merece dedicarle tiempo, dado que es inútil y desaprovecho momentos bellos junto a mi familia. Preverlo todo y tenerlo todo bajo control es misión imposible.
La experiencia me ha demostrado que es más inteligente afrontar los problemas a medida que van presentándose con actitud positiva, espíritu inquieto y con afán de adaptarse a las nuevas circunstancias que se nos presentan, siempre con las miras puestas a disfrutar de cada momento y sacar lo mejor de ellos para hacernos vivir una vida plena.
-Alma Feliz y Libre, Grande, Bonita y Enamorada-
