En casa de Javier nunca hubo estampas, ni se colgó una túnica en lo más
alto de la librería pero Javier le dijo un día a su madre: ”mamá quiero
ser nazareno de la Estrella”.
Sus padres, sin pensárselo dos veces, lo llevaron a la hermandad, aquella misma noche el hermano mayor le dijo: “has tenido suerte, has llegado a una gran hermandad”.
Y es verdad Javier, has tenido suerte
pero la Semana Santa de Sevilla también ha tenido suerte contigo porque
tú eres la savia nueva que tanta falta hace para crecer. Este Domingo de
Ramos recorrerás la calle San Jacinto con nazarenos que ya eran
hermanos de la Estrella en la mente de sus padres antes de nacer y esa
es la fuerza de todo esto que ahora comienza, el peso de la historia y
la tradición de la mano de los ojos nuevos.
Este año estarás ilusionado con la túnica nueva, con los caramelos; quizás haya cosas que te sorprendan y no entiendas pero no te preocupes a veces ni siquiera nosotros los mayores llegamos a entender lo que nos pasa y por qué nos ocurre. Javier, sabrás lo que son las mariposas en el estomago antes de enamorarte por primera vez.
Cuando llegues a tu casa por la noche después de salir de nazareno llevarás prendido el olor del incienso, la música de la banda, el sonido del paso, la voz del capataz, el calor de la tarde, el frio de la noche, la emoción de la Campana, la Catedral, el Postigo, el Baratillo, el Puente….estarás cansado pero contento y no sabrás por qué. Todo esto será lo que te ayudará a sobrellevar un año de espera. Pasados los meses, un día saldrás de casa por la tarde y comprobarás que el tiempo es cálido, que huele diferente y sabrás que en tu hermandad ya se está pensando en los cultos, en el traslado a Santa Ana, en fundir el palio.
Lo que has hecho es muy importante, piensa que hace más de 450 años ya había hombres y mujeres en Sevilla que ya miraban a los mismos ojos a los tú mirarás ahora en los buenos y los malos momentos de tu vida.
Quizás dentro de muchos años tú le cuelgues a otro niño rubio la medalla que tus padres te van a poner ahora, entonces habrás cerrado un nuevo circulo de nuestra historia.
Javier eres un niño con estrella, búscala de noche cuando estés triste y sonríele cuando estés contento. Ella te mira.
