Uno de los aspectos a destacar más visible, es que los días se van alargando, el ir a trabajar con el sol amaneciendo incita a tomarme la vida más tranquila y dar gracias al Señor por este nuevo día, los pajarillos revolotean alrededor de los árboles, para formar sus nidos y que culminará con la llegada de los polluelos, iniciándose de nuevo el ciclo de la vida, así mismo las gaviotas realizan un baile armónico sobre el mar azul, que con el contraste del color rosado de fondo del amanecer hacen una imagen que transmite paz y serenidad.
Al mediodía, es gratificante el tomar el café sentado en la terraza de cualquier bar, y disfrutar de la energía que nos transmite el sol, observando tranquilamente el paso de vehículos frenéticos que no saben por que corren, pero que sus conductores necesitan correr, es necesario este tiempo para pensar sobre que cosas me hacen feliz y como puedo hacer a los demás más felices.Otro momento interesante, es el reencuentro con los amigos y conocidos que ves en la Cofradía, ¡ es mágico ! todos coincidimos en un momento puntual y un sitio concreto, teniendo tiempo para intercambiar impresiones sobre nuestro caminar por la vida, observo como algunos han logrado formar su familia, y conoces a sus hijos, otros han roto con su mujer, otras te dicen que van a ser madre, otros se encuentran en proceso de poner en pie una nueva vida, tras acabar sus estudios y tener que enfrentarse al mundo laboral, otros intentan dar un giro a su vida, con nuevos proyectos e ilusiones.
Son momentos en los cuales tomas nota de que vas haciéndote mayor, y logras entender muchas frases que te decían tus mayores, en especial que los años te dan sabiduría, pero sobre todo la vida es cíclica, y ves repetirse pautas que tú ya has vivido.
Los diferentes actos que realizan las Cofradías, incitan a salir y a volver a contactar con personas que hace tiempo que no logras hablar con ellas, por lejanía, por falta de tiempo o porque la vida no nos hace coincidir nada más que aquí.
Durante los actos religioso, es maravilloso el poder sentir sensaciones únicas, como son el incienso, el observar detenidamente las imágenes de Cristos y Vírgenes, su adorno tanto a nivel de vestidos, alhajas, de arreglo floral, como de la propia Capilla, que me hacen emocionarme, al admirar tanta belleza, mi alma la reconoce e intenta apoderarse de ella para cargar mi espíritu y llevarme a un nivel de felicidad superior al actual.
El ritmo de la calle se acelera, la temperatura de la propia noche incita a caminar por la ciudad, observando rincones de la misma que antes no había reparos en ellos, así como disfrutar de la luna creciente hasta verla llegar a luna llena, esas estrellas que iluminan el cielo, en la cual, según los que creemos en los ángeles, se encuentra nuestro ángel protector y guía, que arrojará luz por mi caminar en la vida, haciéndonos coincidir con personas y situaciones que nos ayudan a evolucionar.
Las propias plantas se preparan para la llegado de nuestro Señor, ganan en coloridos, despliegan sus fragancias, pero sobre todo el aroma más característico es el aroma de los naranjos, que puedes disfrutar por todo el paseo de Ciudad Jardín, o por la calle Compás de la Victoria hasta llegar al Santuario de Nuestra Señora de la Victoria, así como los jazmines y damas de noche que despliegan sus armas de conquistar las almas enamoradas de la vida y de la belleza que nos rodea.
En Cuaresma aunque asistamos a misa y actos cofrades no todo es darnos golpe de pecho, yo sobre todo agradezco a Dios todo lo que me ha dado y doy gracias por hacerme cada día más feliz, es decir lograr vivir cada día con menos cosas materiales y necesitando cada vez de cosas inmateriales como son el amor de mi familia, de mis amig@s y de toda la gente a la cual le doy mi buena energía, ya que lo que siembro recogeré con fruto, y los momentos que estoy disfrutando, ya los he pagado en un pasado, ya que no podemos disfrutar nada por adelantado, todo se ha pagado antes con nuestro sacrificio.
Al igual que el BAMBÚ, debo plantar y cuidar mis amistades, ya que los resultados de la misma tarda tiempo, y solo cuando no desespere, me llegará su energía en momentos concretos. El Bambú tarda siete largos años en dar su flor.
Disfrutar de este tiempo maravilloso, ya que no se volverá a repetir, pararos a charlar con los viejos amigos y no desaprovechéis ninguna ocasión, ya que el año que viene no se volverán a repetir esos momentos intensamente vividos, serán otros momentos y otras circunstancias personales, y aunque los intentes buscar, estos no volverán.
Os deseo una intensa Cuaresma y Semana Santa.
Juan Fco Caballero Sanguino
- Alma Feliz y Libre -
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