Permítete un lujo: dedicar a Dios cada mañana como mínimo lo que dura una canción: tres minutos; quizá más, por qué no.
Salúdalo como las canciones nos saludan cada día y nos llevan por caminos totalmente insospechados y conocidos.
Comienza un nuevo día en Andalucía, date el gustazo de hablar con Dios esta mañana y cuéntale todo lo que quieras.
Él te escucha, te quiere, te entiende.
Lo lleva haciendo a generaciones y generaciones de hombres y mujeres.
Y lo hace de forma discreta, amorosa, tierna, contundente.
Fuente: http://blogs.canalsur.es/palabras/2012/03/27/oracion-y-amanecer/
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