Hoy sábado día 10 de enero del 2.009, y una vez pasadas las fiestas de Navidad, retomo mi tranquilo paseo en dirección al centro de mi Málaga, y la primera impresión que me llega a mis oídos es la tranquilidad que se respira por sus calles, la ciudad poco a poco retoma su ritmo.
Se va despojando de los adornos navideños de sus calles, las tiendas colocan sus carteles de rebajas y atrás quedarán los adornos navideños olvidados en una caja. Las personas con las que me encuentro van más despacio en su caminar y el silencio se apodera de las calles de Málaga.
Que agradable sensación el volver a escuchar mis propios pasos sobre la acera, escuchar el sonido del aire sobre los árboles, como alegrándose por volver a ser el protagonista, los pajarillos le devuelve el saludo al aire en forma de trinos alegres y alborotos en forma de vuelos.
Atrás quedan las prisas por obtener un regalo para esa persona especial, y con el deseo que el mismo agrade a la persona que lo recibe.
Durante estas navidades he aprendido varias cosas, pero una que me ha marcado mucho es el sentimiento de AMOR, y mi nueva misión encomendada por mis ángeles, la de disfrutar de este nuevo sentimiento con las continuas pruebas a que somos sometido para que nuestros almas pasen de pensar en independiente cada una y sean una sóla, con los fallos cometidos tanto por uno como por otro y aprovechar estos fallos para aprender, evolucionar y sobre todo verlo como una oportunidad que se nos brinda para dar lo mejor de nosotros mismos.
He disfrutado mucho con el diálogo y el escuchar a la otra persona, así como a manifestarle lo que estoy sintiendo junto a ella.
He aprendido a que la vida es un proceso de mejora continua, si nos hemos marcado el objetivo de AMAR a una persona, debemos poner todos los medios y todo los mecanismos para que al compartir momentos o coincidencias con esta persona sean plenos y cargados de buenas sensaciones, saber rectificar los fallos y sobre todo dar gracias a Dios por esos momentos que no se volverán a repetir de esa forma.
He aprendido que amar a Rocio es algo muy profundo y espiritual, y no debemos desfallecer ante las adversidades, y emplear la improvisación, tan bien como sabemos usarla ella y yo, como chispa que enciende nuestros corazones y nos den fuerzas para agradecer todo lo bueno que estamos viviendo.
-Alma Feliz, Libre, Bonita, Grande y Enamorada-
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