Ya mismito llega el día de mi boda y con esa fecha se acercan también las famosas despedidas de solter@. No es que esté en contra de ellas, pero me hacen sentirme mal.
Para mí el tomar la decisión de casarse es un cambio importante en mi vida y supone la rotura con algunos lazos anteriores.
Ante la propuesta de despedidas de solter@, me surge una reflexión “Por qué nos afanamos en disfrutar a tope ese día con excesos para nuestro organismo, como si se fuese ha acabar el mundo por dejar de ser soltero”.
Mi despedida de soltero, al menos para mí, tiene que ser algo especial, un encuentro conmigo mismo, disfrutar minuto a minuto el abandono de la soltería, para entrar en otro estado de evolución mejor.
No quiero que nadie venga a imponerme como debo pasar este día.
Ese día es importante, deberé empezarlo descansado y con fuerza, primero iré temprano a contemplar la salida del sol, contemplando sus bellos colores y recibir la fuerza del sol, sentir el aire de la mar en mi cara y cargarme de bonitas sensaciones, para llegar al día de mi boda en plena forma.
Tras observar el bello amanecer, pasearé lentamente por las calles de mi ciudad malacitana, sin prisas, tomaré cafelito en un coqueto lugar, y visitaré al Cristo de Medinaceli en Iglesia de Santiago en la calle Granada, regresando a pasito lento hacia mi casa, para disfrutar de la compañía de mis padres.
Tomaré una reparadora siesta y me reencontraré con los recuerdos que están en mi habitación, leeré algo que me enriquezca y saldré a contemplar el atardecer , paseando en dirección a la playa de la malagueta, haciendo un análisis de todo lo que me ha sucedido en este año, en la cantidad de cosas bellas que me han ocurrido y lo que me queda por recibir.
La mar me susurrará cosas y mantendré un dialógo con ella, y la luna contemplará mi cara de felicidad y lloraré de alegría al ver como he recibido tanto amor de la mano de las coincidencias, mis ángeles y nuestra virgen del Carmen.
Despacito, despacito llegaré al bar de mi hermano y en ese lugar me esperará mi Amor, Rocío, que al contarle mi plan de despedida de soltero, me apuntó el detalle que le gustaría esperarme en el bar, para que jamás me volviese a encontrar solo.
Ambos disfrutaremos de ese platito de porra antequerana. Tras la cena, pasearemos por las románticas calles de Málaga, agarrado de la cintura de Rocío, y comentándole el día tan maravilloso que he tenido, disfrutando de su compañía, sus ojos y la alegría que transmite.
Bueno, queridos amig@s aquí os dejo mi despedida de soltero, para que el menos tengáis otra opción de despediros de la soltería, en el caso que os sintáis agobiados por la cantidad de personas que os quiere hacer una despedida de soltero a su antojo,y sin la obligación de tener que recurrir a fiestas artificiales, reuniones de compromisos y vestirse de una manera ridícula.
-Alma Feliz, Libre, Grande, Bonita y Enamorada-